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miércoles, 10 de noviembre de 2010

NO DEBERÍA

No debería permitirme nunca
este capricho
pero a veces
                   sólo a veces
hasta te extraño

Porque tu tristeza y lejana mirada
                 cansada de otorgar ternura
es ya una invitación involuntaria
para abordar tu nave de deseos,
seguirla hasta el infinito y no regresar
hasta cuando vuestra
ronca voz me despertase


                         II

No debería yo extrañarte
a vos colega
porque todo lo que representas
en mi olvido
es algo ya enterrado en el tapanco;

y sin embargo,
tu ausencia gana espacio
en mi escritorio

porque lo indispensable
se transforma en necesario
y lo necesario se convierte
en un lujo no otorgado

No son, ni vuestras manos
gorditas y nerviosas,
y mucho menos
tus regaños feministas
los que extraño;

no los niego tampoco
                    ni rechazo
pero deseo en cambio sí,
presenciar todo aquello que hoy
no haces, ni dices
ni compartes;
pero que ya piensas,
elucubras y planeas

Me gusta tu silencio vecina
porque celosamente guarda lo bello
que hoy preparas
y organizas;
pues prefiero el murmullo que promete
y garantiza
a lo visto sin afecto y con recelo


                                  III

Por las palabras que aún
no pronuncias ni delineas,
por los pasos que no ordenan caminar
a vuestras piernas,
por tu vida paralela a la que
vivo,
extraño tu mañana en el presente
y anhelo encontrarte en
mi futuro

No debería colega
                 y sin embargo
te extraño en tus locuras,
de las que me temo ya contagiado,

pues si vencer mi resistencia
pudiese
ni siquiera decírtelo debiera.
amq 

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