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sábado, 27 de noviembre de 2010

VIAJANDO EN CAMIÓN

Imagen prediseñada de HP.
-¡Pásenme el costal, pásenme el costal! –grita una señora de edad indescifrable- .

Y allá va el sucio costal de cebollas, cargado en vilo como si fuese un ataúd y golpeando a no pocas cabezas, hasta llegar a la puerta trasera del viejísimo y maltratado camión, que como asientos tiene unos improvisados tablones de madera apolillada con múltiples clavos oxidados, las ventanas ya sin vidrios y un gran orificio en la lámina inferior a la mitad del pasillo que nos permite ver el camino de terracería.

Minutos antes, ya la doña obligó a prolongar la parada de San Benito, rumbo a Comayagüela, antigua capital de Honduras y hoy anexa a Tegucigalpa; recorriendo todo el camión con su humanidad entrada en carnes, desde el primer asiento delantero esquivando, golpeando y magullando pasajeros al por mayor.

El largo trayecto del mentado costal hasta la parte trasera es acompañado por expresiones de molestia: los parados porque resisten el clásico “va por ái”, y los sentados porque llevamos más de 15 minutos detenidos; unos instantes más y perderemos la última camioneta que en su caja amontona como bultos a pasajeros, para llevarnos hasta la margen del río Choluteca. Ya en el estribo todavía la doña se detiene  y lanzando un grito, que llega más allá de la última fila, exclama como quien pide auxilio:

- “¡Pásenme el banquito de madera, pásenme el banquito!”.

Y allá va el banquito, recorriendo todo el pasillo, de mano en mano, arrancando suspiros de impaciencia. A punto, esta vez sí de arrancar, el conductor debe detenerse ante el desesperado y repetido grito de la inefable doña, quien mitad angustiada y mitad ella ya también hasta la madre, grita de nuevo:

- ¡Pérese, pérese –agitando repetidamente las manos- ¡pásenme al cipote [niño] pelón que está dormido! ¡pásenme al cipote pelón! ¡pásenmelo por la ventana!

Acá en tierras catrachas, donde se come en cada esquina de barrio las famosas pupusas y en donde un viaje en camión hacia Comayagüela se convierte en una aterradora anécdota de sobrevivencia… yo lo vi, nadie me lo contó. Sí pues.

amq

1 comentario:

  1. Este es un buen sitio, para acceder a buena litaratura, reir, aprender, relajarte...
    Me pongo cómoda y a disfrutar se ha dicho...

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