A la memoria del Comandante
Salvador Cayetano Carpio
De tan absurda que es la muerte a veces llega violenta, apresurada, a destiempo y nos deja con las manos vacías Tener nada no es lo mismo que haber perdido algo y sin embargo te siento cerca, Tío Porque tú no has muerto Tardaremos siglos para construir otro panadero como vos, así tengamos que quitarle al sol su luz y bajar la luna a latigazos sumergiremos tu uniforme en el océano para asegurar tu presencia infinita entre nosotros Es difícil reprochar tu decisión y sin en cambio ¿Cómo te atreviste a abandonarnos hoy? cuando estamos por terminar de escribir tu mejor novela Hoy que hurtan tu viejo cuerpo flagelado ya no lloro, sólo me dejaron dos manos vacías pero manos al fin y con ellas labraré tus iniciales en la frente imaginaria de tu pueblo Porque tú no has muerto, Tío Todo cuanto te enseñaron nuestros primos orientales no te sirvió para esquivar la flecha mortuoria de la parca porque con ellos aprendiste a defenderte del fusil enemigo pero no de la puñalada traicionera Miles, millones de sobrinos hoy huérfanos de tío deberemos reanudar tu viaje, repasar tus lecciones y emprender la larga marcha hacia las verdaderas motivaciones de nuestros actos porque no basta una convicción, un plan, una bandera; es necesario iniciar el camino sin regreso, la vereda hacia adentro de nuestros por qués para luego reconocer cuánto nos parecemos a nuestros enemigos Es tan pequeño tu paicito, Tío para tanta sabiduría que acumulaste que te viste obligado a romper fronteras y aún formar a compas que como yo tan sólo somos latinoamericanos ( y un poco guanacos con permiso de los salvadoreños) II Cuando los milenarios monitos ya no funcionaban por gastados tú decidiste crear otros, aunque ello implicó más tiempo y un titánico esfuerzo colectivo Esfuerzo que además emprendiste solitario y con la cínica desaprobación de quienes se decían los amigos del pueblo Por eso recorriste la tierra del volodia, toda Centroamérica conociste, mi país se vio agradecido con tu estancia, los hijos del tío Ho conocieron de tu entrega y allí te mostraron el arte de pegarle en ofensiva continua y prolongada al imperio grandote y prepotente Con todos esos ingredientes regresaste a tu mundo y tomaste la plastilina de Chalate ahí moldeaste un muñeco chiquito mal vestido y mal hablado y lo bautizaste como Felipe Como Felipe se sentía solo se arrancó trozos de su cuerpo y los arrojó por todas partes, para su fortuna el material de su existencia se pega fácilmente en cualquier pared pronto crecieron y se multiplicaron infinidad de felipes, quienes removieron el polvo de las ventanas y las telarañas de los pescados se fueron hasta el valle de los dinosaurios y con sus propios huesos fabricaron una alberca, y cuando el agua rebasó el nivel de la piscina ésta regó todos los campos ya sembrados Cinco años después regresaron a levantar la cosecha y encontraron enormes flores rojas y amarillas mismas que cuando voltearon sus tallos hacia arriba para encontrar explicación sobre su origen encontraron tu sonrisa fraternal y enérgica a la vez III Será que soy egoísta y no me resigno a desconocerte eternamente ni a estrechar nunca tu mano porque no concibo el futuro sin tu nombre ni la Plaza de Barrios sin un discurso tuyo de victoria final Porque tu partida me ha dejado como una pequeña barca que poco a poco se va hundiendo, pero más que perecer debe aprender a vivir en el fondo del mar Porque tú no has muerto. amq |
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