fot. Manuel Álvarez Bravo. |
Tengo forma de olvidarme de ti tengo mil formas, pero no quiero porque no puedo, porque me cansé de intentarlo Soy olvido y soy perdón no por gusto mucho menos por ser bueno ni siquiera lo elegí, no son cualidades dignas de un hombre digno Me acostumbré al valemadrismo dominguero y a la puerta abierta al orinar II Olvidé recordarte ayer y sepultar tu imagen en la nube de los deseos Rompí anhelos añejados, violenté afanes razonados y reencarné en las tardes compartidas Caminé sobre tus huellas dactilares y casi sin tocar vuestra perfecta simetría logré retener en mis oídos un timbre de voz casi murmullo; que a gritos, silenciaba frases contundentes ahogadas palabras en el frío intelecto de la razón perdidas en el absurdo discurso de la imposibilidad cantada y en aras de no sé qué inútil insensibilidad grosera III No son ni tu ni yo a quienes extraño son tan sólo recurrentes fantasmas espectros mentirosos y duendes p’urhépechas, quienes ya no existen, ya no existen. amq |
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