lo claro de su piel la delataban
Dientes marfil y una vaga
mirada provocante
Estaba ahí,
recargada en el quicio de la puerta
profirió vocablos amorosos
y un susurro casi olvido
Mi cuerpo corría a trote
en extraños mundos de inconsciencia
palpando sus frescos labios
en los míos y
mis manos recorriendo sus sentidos
en un viaje excitante
y sin retorno
Mi cuerpo y el suyo
se buscaron
acaricié sus senos con lujuria
misma que ella respondió
con mil suspiros
Dos cuerpos enfrascados
en una dulce lucha
las ropas fueron mudos testigos
de ilimitados movimientos
Nos dimos al amor inmediato
y nos fundimos,
profané sus entrañas femeninas
gozando como nunca
delirios quemantes y atrapados
Robé con mis ansias sus deseos
y con sus ansias
atrapamos los “te quiero”;
los “hazme tuya” de su boca
me hicieron olvidar que
soy sincero
y encendieron mi todo reprimido
Culpable yo
y nunca ella
sin ser condición el que me amara
terminamos agotados, satisfechos
... silenciosos
Ella partió en la madrugada
y yo no tuve valor para olvidarla
tampoco supe decirle que la amaba:
porque no
la amaba.
amq
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